Las redes sociales son un elemento, si es que se le puede llamar así, que todas las personas con acceso internet hemos oído hablar, hasta muchos de nosotros también participamos en alguna de ellas y en la mayoría de veces, no pensamos en las consecuencias que pueda traer un mal uso de las mismas, si no que vivimos tranquilos escribiendo nuestras cosas, enseñando al mundo nuestras fotos e incluso, hablando con desconocidos, y como he dicho anteriormente, sin pensar en una posible consecuencia negativa.
Existen muchas redes sociales y de muchas clases distintas dependiendo de el uso que se les suele dar y del perfil al que se asocia, tales como el ambiente profesional y el totalmente lucrativo. Las redes sociales asociadas al ambiente puramente profesional no suelen ser conocidas por quejas de los usuarios en cuanto a acoso y demás ataques a la persona, en cambio, las redes sociales asociadas a un ambiente puramente lucrativo y de ocio sí, y no es solo cosa de los rumores que puedan circular. El correcto uso de una red social puede ser muy positivo ya que al tratarse al fin y al cabo de un sistema para compartir información, se puede usar como sistema para compartir los apuntes de clase, ciertas experiencias profesionales... y todo ese tipo de cosas con las que mucho hemos pensado alguna vez, pero ¿hasta que punto puede convertirse en peligroso el compartir información? A opinión personal, la capacidad para entender que tipo de información personal se puede compartir y que no reside en la edad y madurez.
Actualmente se ven se pueden ver niños y niñas de muy joven edad con Facebook compartiendo sus fotos del verano, hasta las más íntimas en la playa con el bañador, compartiendo en el "estado" dónde se encuentran en ese momento e incluso si su casa está a solas diciendo que está de viaje con su familia, etc, y todo esto esperando los "me gusta" y los comentarios de sus amigos y compañeros y sin pensar que, tan solo con decir que está de vacaciones con la familia pueda instigar a un ladrón a entrar en su casa o, al decir que está ella sola aburrida en un banco pueda instigar a un extraño a que vaya hacia ella con todo lo malo que pueda suceder después. La inconsciencia de estos actos puede llegar incluso a ser psicológicamente alarmante.
Los jóvenes de reducida edad que poseen redes sociales no suelen ser conscientes de sus actos en internet (estamos hablando de edades comprendidas entre 9 y 17 años) ya que si, usando el caso de Facebook, una "persona" les agrega a amigos con la que tienen algún amigo en común o les suena el nombre, aunque no conozcan a dicha "persona" la aceptarán como amigo y eso, en según que casos puede traer problemas.
Ejemplificando todo esto sólo se me viene a la cabeza un hecho alarmante que sucedió a principios de 2014 en un colegio de Barcelona, un hecho que ya había pasado antes en muchos otros lugares y que si no nos conscienciamos o no conscienciamos a nuestros hijos, volverá a pasar. Se trata de un caso de acoso virtual a menores. Un señor de edad desconocida con una imagen de perfil con cierto atractivo y con un apellido común agregó a su lista de amigos a una joven de unos 10 años la cual lo aceptó; al poco tiempo, el desconocido le empezó a hablar y al ver que la chica respondía pensó que si agregaba a sus amigas, des las cuales ya le había hablado la chica en los mensajes, éstas lo aceptarían también, así lo hizo y así fue. También, a los pocos días les empezó a hablar como si fuesen amigos de toda la vida y ahí fue dónde desencadenó el posterior drama.
El señor desconocido les pidió a las chicas fotografías comprometidas (en ropa interior, en bañador e incluso desnudas) amenazándolas que si no las recibía les contaría a sus amigas muchas intimidades e incluso cosas falsas de la chica. Algunas chicas le mandaron las fotografías que él les había pedido y otras se lo contaron a su padres y amigos. Gracias a eso, el acoso del señor desconocido llegó a oídos de los profesores que hablaron con los alumnos afectados, y también con los que no, y posteriormente se informó a la policía. Se detuvo al acosador desconocido, el cual fue encarcelado, y se descubrió que mientras acosaba a unas chicas en un colegio, también acosaba a otras en otro colegio.
Otro buen ejemplo del mala uso de una red social es lo conocido como "gossip", o traducido al español "cotilleos". Hace un par de años se hizo famosa una aplicación con el mismo nombre que fue muy conocida entre los distintos colegios entre edades de unos 15 a 18 años dónde, de forma anónima, un usuario escribía un rumor (cierto o falso) negativo sobre alguno de sus compañeros o profesores y éste se extendía por todo el recinto, cosa que provocó risas y burlas hacia a la persona afectada. Finalmente se denunció a la policía y se cerró la aplicación.
Éstos sólo son algunos de los muchos ejemplos que deben existir sobre el mal uso de las redes sociales y de sus posible y negativas consecuencias para mucha gente. De todo esto tan solo podemos sacar una conclusión: las redes sociales pueden convertirse en algo muy peligroso que si no andamos con cuidado y no somos responsables pueden llegar a afectarnos gravemente, a nosotros o a nuestros hijos.
Actualmente se ven se pueden ver niños y niñas de muy joven edad con Facebook compartiendo sus fotos del verano, hasta las más íntimas en la playa con el bañador, compartiendo en el "estado" dónde se encuentran en ese momento e incluso si su casa está a solas diciendo que está de viaje con su familia, etc, y todo esto esperando los "me gusta" y los comentarios de sus amigos y compañeros y sin pensar que, tan solo con decir que está de vacaciones con la familia pueda instigar a un ladrón a entrar en su casa o, al decir que está ella sola aburrida en un banco pueda instigar a un extraño a que vaya hacia ella con todo lo malo que pueda suceder después. La inconsciencia de estos actos puede llegar incluso a ser psicológicamente alarmante.
Los jóvenes de reducida edad que poseen redes sociales no suelen ser conscientes de sus actos en internet (estamos hablando de edades comprendidas entre 9 y 17 años) ya que si, usando el caso de Facebook, una "persona" les agrega a amigos con la que tienen algún amigo en común o les suena el nombre, aunque no conozcan a dicha "persona" la aceptarán como amigo y eso, en según que casos puede traer problemas. Ejemplificando todo esto sólo se me viene a la cabeza un hecho alarmante que sucedió a principios de 2014 en un colegio de Barcelona, un hecho que ya había pasado antes en muchos otros lugares y que si no nos conscienciamos o no conscienciamos a nuestros hijos, volverá a pasar. Se trata de un caso de acoso virtual a menores. Un señor de edad desconocida con una imagen de perfil con cierto atractivo y con un apellido común agregó a su lista de amigos a una joven de unos 10 años la cual lo aceptó; al poco tiempo, el desconocido le empezó a hablar y al ver que la chica respondía pensó que si agregaba a sus amigas, des las cuales ya le había hablado la chica en los mensajes, éstas lo aceptarían también, así lo hizo y así fue. También, a los pocos días les empezó a hablar como si fuesen amigos de toda la vida y ahí fue dónde desencadenó el posterior drama.
Otro buen ejemplo del mala uso de una red social es lo conocido como "gossip", o traducido al español "cotilleos". Hace un par de años se hizo famosa una aplicación con el mismo nombre que fue muy conocida entre los distintos colegios entre edades de unos 15 a 18 años dónde, de forma anónima, un usuario escribía un rumor (cierto o falso) negativo sobre alguno de sus compañeros o profesores y éste se extendía por todo el recinto, cosa que provocó risas y burlas hacia a la persona afectada. Finalmente se denunció a la policía y se cerró la aplicación.Éstos sólo son algunos de los muchos ejemplos que deben existir sobre el mal uso de las redes sociales y de sus posible y negativas consecuencias para mucha gente. De todo esto tan solo podemos sacar una conclusión: las redes sociales pueden convertirse en algo muy peligroso que si no andamos con cuidado y no somos responsables pueden llegar a afectarnos gravemente, a nosotros o a nuestros hijos.
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